Según datos oficiales de aduana en el año 2021 se exportaron aproximadamente 3.000 toneladas de castañas, esto incluye castañas marrones y castañas nativas.
José Pablo Correa, asesor de castaños y co-fundador de Trinuts.
Hoy en día en Chile estamos teniendo un desarrollo sumamente importante con nuevas opciones de cultivo como lo es el castaño de variedad marrón, originaria de Italia, que no posee tabiques interiores y que no tiene divisiones, por ende, es una variedad de castaño que se comporta muy bien para la agroindustria y para los procesos de pelado o congelados que son los que el mercado busca en la actualidad.
Chile está siendo pionero en el desarrollo y en el manejo de este forestal originario de los bosques europeos como un frutal. Es decir, se están implementando plantaciones a densidades muy similares a los nogales y a otros frutales donde se está logrando manejar bastante bien los distintos desafíos que ha presentado este cultivo.
El castaño está muy concentrado desde la zona de Chillán al sur con un porcentaje importante de los primeros huertos productivos en esa zona, donde ha tenido un fuerte crecimiento llegando hasta la zona de Villarica y Gorbea, como también desde Temuco a la costa y al sur a su vez.
Este cultivo partió hace varios años en nuestro país con el desarrollo de las principales variedades y de su propagación, donde se inició con un popurrí de variedades como Marrone di Marradi, Marrone di Citta di Castello, Marrone di Castello Borello, Marrone di Val di Susa, Marrone Cuneo, Precoce Migoule, Bouche Rouge, Pantano, 9252, Marrone di Chiusa Pesio y Marrone di Castel del Río.
“Esas son las principales variedades que se comenzaron a propagar en Chile y que trabajamos con los primeros huertos en donde en el camino nos fuimos dando cuenta que algunas variedades quedaban afuera por fenología, por sincronización de polinizaciones y por características específicas de la fruta”, declara José Pablo Correa, co-fundador de TriNuts y asesor de castaños.
“Hoy en día manejamos 6 de estas principales variedades y estamos haciendo una formación de huerto con densidades aproximadas al 7×5 -7×7, en donde estamos trabajando un árbol en un eje dominante con ramas laterales, con huertos con riego y de secano. Hemos tenido experiencia de huertos que hemos realizado una plantación mecánica al igual como ya se hace con otros frutales como las cerezas, entre otros, donde hemos tenido muy buenos resultados sobre todo en los proyectos extensivos que apuntan a huertos de secano, donde la idea es poder avanzar y manejar los costos en este cultivo”, señala el asesor.
El castaño es una alternativa rentable para las condiciones climáticas y de suelo secano que se presentan en la precordillera.
Los agricultores y productores han tenido un gran aprendizaje con el comportamiento del castaño, han logrado manejar el problema de exceso de vigor que este cultivo presenta a corta edad, además de tener validadas varias técnicas para poder inducir la producción temprana de la fruta y también lograr mantener una adecuando estructura y formación que permita mantener buenas producciones a largo plazo.
El asesor, quién lleva años trabajando con castaños, asegura que se ha llegado a producir en los huertos más productivos de este nuevo cultivo, alrededor de 7.000 kilos por hectáreas, lo cual es un número positivo ya que estamos hablando de un cultivo que tiene costos productivos muy bajos.
Nobleza del castaño
La castaña con el pasar de los años se ha ido constituyendo como uno de los frutos secos con mayor potencial económico y de innovación para el país.
Tal como lo explica José Pablo Correa, dentro de las particularidades del árbol se puede encontrar que hasta el momento no ha necesitado fertilización, por lo menos en la formación, “más adelante probablemente vamos a necesitar reponer o aportar algunas unidades de potasio, ya que este cultivo es 50% potasio, 50% agua, pero por el momento estamos evaluando esa alternativa como mencionaba de un cultivo que no tiene fertilización como programa anual y tampoco manejo fitosanitario, ya que actualmente no existen plagas en el país para este cultivo, pero sí algunas enfermedades que hemos logrado manejar adecuadamente”, indica el asesor.
Uno de los puntos donde más énfasis se ha puesto con respecto a este cultivo ha sido en la formación y la estructura, ya que es lo que garantiza un buen manejo del cultivo y del agua, que es fundamental para los huertos que tienen riego tecnificado donde se ha podido generar diferencias de hasta 2 a 3 años versus un huerto secano donde su entrada a producción refleja esquemas distintos.
Ambos son excelentes opciones y han demostrado que se pueden adecuar a las necesidades de diversas zonas de distintas pluviometrías y necesidades agrícolas.
El castaño es un cultivo que tiene una aptitud de crecimiento de superficie muy grande, debido a que presenta un bajo costo de manejos fitosanitarios, no obstante, cuenta con un requerimiento técnico de formación que necesita precisión en los distintos estados fenológicos. A su vez, es un cultivo que tiene grandes expectativas de crecimiento en la zona sur de nuestro país y es una muy buena alternativa para los futuros desarrollos frutícolas de cosecha mecanizada, que está teniendo nuestra agricultura tradicional a la agricultura frutal sobre todo si hablamos de la zona sur de nuestro país.