Ernesto Moya Elizondo, fitopatólogo, ingeniero agrónomo, Ph.D. y profesor asociado de la Universidad de Concepción, analiza la temporada en cuanto a la presencia de estas enfermedades en nogales.
Por Ernesto Moya, fitopatólogo y profesor de la Universidad de Concepción.
Fue una temporada de baja presión de infección debido a que hubo pocas lluvias primaverales en general. Digamos que la última lluvia grande ocurrió a mediados de octubre del 2021 y generalmente esa es una condición que reduce la presión de infección por la bacteria Xanthomonas arboricola pv. juglandis, el agente causal de la peste negra.
Al haber poca humedad también hubo menos incidencia de los hongos que causan la necrosis apical marrón o café que es conocida como BAN.
Esta fue una temporada de poca presión de infección, por lo tanto, aquellos productores que redujeron el número de aplicaciones esta temporada hicieron un muy buen negocio dada las condiciones ambientales que fueron predominantes en la zona centro sur.
Atravesamos un período de bajas precipitaciones, todo el tema de la sequía que afecta a todo lo que es el valle central de Chile desde la zona norte hasta Ñuble, BioBío, Los Ángeles, ha influido en la menor expresión de esta enfermedad.
“La bacteria generalmente afecta al fruto y flores, hasta que se endurece la cáscara de la nuez; en algunos casos puede infectar hojas y en algunas variedades muy susceptibles podría llegar a causar la muerte de brotes. Pero en general en Chile, con las variedades que se utilizan como Chandler, en temporadas muy favorables para la enfermedad yo he visto infecciones de hojas y algo de micro crancros que afectan los brotes”.
Las condiciones que facilitan que estás enfermedades se presente, ocurren a partir de las bacteria que invernaron en las yemas y a partir de estas, al momento de la brotación, las bacterias comienzan a multiplicarse y diseminarse hacia los nuevos tejidos que se están formando en la planta de nogales, lo que es favorecido por las lluvias que van ocurriendo durante la primavera.
En etapas tempranas infecta las nuevas yemas que se están formando y ese va ser el inóculo lo que va a infectar la temporada siguiente, además de ser el inóculo que infectará las flores y finalmente afectará a los frutos.
“Lo que nosotros hemos visto en casi 8 años de evaluaciones, es que lluvias sobre 10 mm entre el período de floración y formación de frutos e inicio de crecimiento de frutos son las que van a favorecer y van a definir el nivel de incidencia de estas enfermedades, que es en el fondo el porcentaje de frutos infectados por esta enfermedad en cada temporada”, indica Ernesto Moya.
Hemos tenido dos temporadas poco favorables para el desarrollo de la enfermedad, lo cual, es muy bueno para los productores. No se compara a lo que ocurrió el año 2017, 2018 y 2019, años muy favorables para el desarrollo de la bacteriosis, ya que en árboles no tratados podían perder hasta el 80% de los frutos debido a la infección por esta bacteria. El académico sugiere siempre estar preparados para primaveras lluviosas y tener un programa más estricto, basado en más productos con mayor número de aplicaciones para manejar la enfermedad.