Durante marzo y abril son los meses de cosecha del nogal en Chile, la cual se debe hacer de manera oportuna y eficaz para conservar de manera óptima las nueces.
José Pablo Correa, asesor de nogales y co-fundador de Trinuts.
En PlanetNuts te contamos cómo es el proceso del remecido y cuán importante es para la cosecha, además de identificar los distintos puntos o parámetros que tenemos que manejar para poder realizar una adecuada labor en este momento. Vamos a abordar cuatro temas principales para poder saber en qué momento, con qué intensidad, con qué porcentaje de pelón y cuantas pasadas por huerto se deben hacer en el proceso del remecido.
Es importante mencionar que el inicio de la cosecha está definido por la madurez fisiológica que tenga la fruta y eso puede variar en las distintas temporadas, con variantes como la condición climática y/o el comportamiento que haya tenido el huerto durante el período.
José Pablo Correa, co-fundador de TriNuts y Asesor de Nogales y Procesos, explica que este proceso no es estandarizado, “nunca va a ser algo igual para todos los años, ya que estamos hablando de madurez fisiológica del cultivo y de un comportamiento hormonal que el árbol necesita tener para lograr la adecuada apertura de pelón que nos va a dar el pie para hacer las pruebas de remecido”, señala.
Pasando este primer paso es importante identificar cuándo hacer el remecido. Generalmente los agricultores se apuran para iniciar este proceso y es ahí donde comienzan muy anticipadamente los huertos a realizar el primer remecido y se generan importantes porcentajes de pelón adherido, que no se quiere tener en las plantas de proceso.
Madurez de cosecha
Cuando un árbol ya alcanza un porcentaje importante de madurez fisiológica o de apertura de pelón, entendiendo que el pelón tiene 3 fases, la primera es cuando el pelón está cien por ciento adherido a la cáscara, la segunda es cuando ya interiormente el pelón se ha desprendido de la cáscara, pero todavía visualmente no se le notan grietas, y la tercera es cuando el pelón ya está completamente desprendido y abierto de la fruta.
De acuerdo con cifras de Chilenut, en climas fríos el pelón y la semilla maduran al mismo tiempo; en climas calurosos la semilla puede madurar hasta 3 semanas antes que el pelón. Mientras que una alta humedad relativa o lluvia van a acelerar la apertura de este mismo.
Al haber identificado estos puntos claves y entendiendo la necesidad de leer al árbol, en cuanto a su madurez y a que porcentaje de la fruta nos puede entregar en esta primera pasada, es cuando se puede iniciar las pruebas de remecido buscando no tener más de 5% de pelón adherido.
“En la menor expresión del remecido posible que podamos realizar con la maquinaria que tengamos disponible buscamos tener una buena cantidad de fruta en el suelo sin pelón adherido y tener no más de un 5% de nuez con pelón adherido en una muestra representativa de 100 frutos. Con eso logramos asegurarnos de que vamos a sacar un porcentaje de fruta que está lista y que no vamos a acelerar la caída de fruta inmadura, ya que eso nos podría generar importantes pérdidas de calidad, daños en cáscara, lo cuál va a repercutir en un menor retorno por kilo”, explica el experto.
Intensidad del remecido
Respecto a la intensidad del remecido es importante regular o identificar dos puntos, uno es el tiempo de remecido y el otro es la fuerza, es decir, si conviene remecer con más o menos fuerza dependiendo con qué maquinaria estoy realizando el trabajo y cuánto es el tiempo que debo realizar esta labor en cada árbol.
La madurez fisiológica varía entre árboles, generalmente estamos hablando de árboles que no son clonales, que son individuos distintos, pero de la misma especie; entonces muchas veces se generan diferencias de madurez sobre todo cuando hay variación de tipos de suelo o variaciones físicas en los terrenos, por ende, es posible que en una hilera tengamos árboles que sí nos entreguen un porcentaje de fruta sin pelón y otra no tanto.
Comprendiendo que es necesario manejar la intensidad y fuerza del remecido, así se evitará tener un porcentaje de pelón adherido muy alto, lo recomendable es remecer dos pasadas por huerto, es decir, “en la primera un huerto promedio nos debería entregar un 30 % de su fruta, para que en una segunda pasada nos entregue el 70 u 80 % restante, dependiendo cuanto nos entregó en la primera. Como estrategia básica, se deben realizar dos pasadas a lo menos, ya que al hacerlo estamos intentando controlar de mejor manera el porcentaje de pelón adherido de nuestra fruta remecida”, indica José Pablo Correa.
De lo contrario si sólo se realizara una pasada, se forzará a un porcentaje de la fruta a madurar o a caer antes de tiempo, donde gran parte de esa nuez tendría el pelón adherido, probablemente superior a un 5% (lo recomendable es hasta un 5%), lo que podría llegar fácilmente a un 30 o 40 % de pelón adherido.
Problemas con el exceso de pelón adherido
Cuando existe un porcentaje de fruta que tenga un índice superior de pelón adherido, lo va a cosechar la máquina, entrará a la planta de proceso y para que se elimine el pelón de esas nueces en la planta de proceso se tendrá que repasar y reprocesar varias veces, con el objetivo de dejarla cien por ciento limpia. Es en ese momento es cuando la nuez comienza a sufrir daños por impacto, a su vez porque el pelón le genera una condición de humedad, que consecutivamente la postula a menor color.
Toda la fruta que entre en condiciones de trizadura o con daños estructurales en cáscara, es fruta que va a entrar al proceso de secado y que tendrá una pérdida de color, ya que el calor directo en secador va a generar un daño en la pepa y que el color de esa fruta sea menor.
“Cuando se mezclan nueces con porcentaje de pelón adherido con otras que no lo tienen, estamos hablando de dos humedades completamente distintas, entonces estamos generando una mezcla de humedades en los cajones de secados y eso también dificulta una adecuada labor en los procesos de secado para poder llegar a una humedad homogénea de ese lote”, describe el asesor.
Todos estos factores son muy relevantes e influirán en la calidad final de la fruta y en cuanto retorne por kilo.