Una adecuada secuencia de factores es lo que se recomienda para obtener una mejor respuesta y producción del árbol.
Nicolás Manterola, ingeniero agrónomo y asesor de avellanos.
En el período 2020-2021, la cosecha mundial de avellanas totalizó más de 544.600 toneladas métricas, el rendimiento más alto de la última década según cifras de INC NUTS & DRIED FRUITS STATISTICAL YEARBOOK de esos mismos años.
De acuerdo a lo descrito en este informe, la cosecha de Turquía se estimó en 395,000 TM, lo que representa el 72% de la participación mundial. Mientras que en la última década, tanto los cultivos de EE. UU. como los de Chile han aumentado significativamente, alcanzando nuevos máximos esta temporada.
Dada la relevancia de este cultivo es que es necesario detenerse en un tema esencial para el avellano, como lo es su estructura radicular.
El avellano es una especie que tiene un sistema radicular poco profundo, donde el mayor porcentaje de absorción de agua y nutrientes ocurre en los primeros 60 centímetros del suelo. Es por ello la relevancia de formar un sistema radicular bien activo desde los inicios del árbol.
Cabe destacar que el avellano es muy sensible a los estreses hídricos por falta de agua, más que por un exceso de ésta, indica Nicolás Manterola, ingeniero agrónomo y Licenciado de la Universidad de California de Davis, quién se desempeña como asesor de frutos secos. “Cuando la planta se encuentra en situaciones de estrés hídrico, de sequía, tiende a disminuir su crecimiento y su rendimiento productivo. Si el sistema radicular está desarrollado de forma óptima desde sus inicios y con menos estrés desde su plantación el árbol va a responder de mejor manera frente a estos estreses hídricos”, indica el experto.
Puntos claves de la estructura radicular
Primero cuando el árbol se va a plantar lo primero es seleccionar plantas con sello de calidad y certificadas, con un sistema radicular que sea sano, ojalá micorrizado, que no tenga problemas de cortes de raíces o raíces cruzadas y que éstas estén lo más derechas posible.
Luego, en el momento de plantación es clave aplicar productos que sean energizantes para esa raíz, que apoyen el adecuado establecimiento de la planta al terreno donde ésta se va a instalar.
El riego, aplicado de manera correcta, es muy importante desde sus inicios, ya que con eso aseguramos el buen establecimiento de la planta a las nuevas condiciones de suelo.
Junto con el riego es primordial escoger los nutrientes y tipos de fertilizantes que le entregamos a la planta, para que pueda desarrollarse adecuadamente tanto vegetativamente como sus raíces. En eso hay una amplia gama de subproductos que entregan tres factores fundamentales; bajo estrés, adecuado establecimiento y próspero desarrollo de la planta.
¿Qué productos se recomiendan?
El agrónomo indica que dentro de este proceso lo ideal es que se produzca una correcta simbiosis entre la planta y los microorganismos del suelo, “para que la planta se desarrolle adecuadamente a través de los años lo más relevante es integrar un programa que incluya bioproductos que entreguen materia orgánica, aminoácidos y que también lleven ciertos microorganismos incluidos o gatillen el aumento de la masa de microorganismos del suelo que están en la zona de la rizósfera”, postula.
Tienen que ser productos compostados, hidrolizados, que apoyen el desarrollo del aumento de microorganismos que ya están presentes en el suelo, además de aportar microorganismo que se incluyan a los que están en el suelo como micorrizas, tricodermas, bacillus, entre otros. Mientras más diversidad haya en la zona de la raíz más exponencial va a ser el desarrollo de la planta.
“Es una secuencia, una serie de factores que contribuirán al éxito. Es el riego adecuado en el momento adecuado con una buena estrategia de nutrición con productos bioestimulantes; y lo más importante es que cuando aumentan su nivel, esa población de microorganismo empieza a metabolizar y a extraer eficientemente los nutrientes que vienen del suelo, para así dejarlos disponibles para la planta, lo que conllevará a aumentar el potencial productivo de esa misma”, sostiene Manterola.
Indicadores por considerar
El experto señala que primero se debe realizar un adecuado trabajo del suelo, medir los ph, la conectividad eléctrica (CE), la CIC del suelo, saber que tengo en cuanto a nutrientes, microorganismos y porcentajes de materia orgánica, etc. Conocer el suelo es crucial.
Luego, al establecer la planta, nunca olvidar regar adecuadamente en los primeros estados de su establecimiento a las nuevas condiciones de suelo.
“Es clave conocer qué es lo que yo voy a entregarle a la planta, qué productos, no basta con entregar fertilizantes químicos porque eso puede conducir a un desequilibrio en la zona radicular, en la rizósfera. Es necesario que lo entregado sea lo óptimo para el desarrollo de raíces y para generar esa simbiosis entre planta y microorganismo del suelo”, señala Nicolás Manterola.