El ex ministro de Agricultura y productor de avellanos nos comparte a través de esta entrevista su proceso de evolución en la agricultura y cómo ha sido su trabajo junto a este cultivo tras trece años desde su primer acercamiento.

José Antonio Galilea Vidaurre (60), es un técnico agrícola chileno, empresario, consultor, ex diputado y ex ministro de Agricultura entre el período del 11 de marzo de 2010 al 29 de diciembre de 2011, durante el primer Gobierno de Sebastián Piñera.

Padre de tres hijos y dueño de una carrera marcada por su labor en áreas tan diversas como la política, educación y la televisión, hoy está enfocado cien por ciento en su campo de avellanos en la región de La Araucanía.

En el año 2007, en su campo familiar, José Antonio junto a su padre deciden evaluar la posibilidad de establecer un cultivo más intensivo que los tradicionales y que la ganadería, que hasta ese momento contituían los rubros principales del predio. Fue así como en el 2009 se inclinaron por un huerto de avellano europeo, el cuál plantaron y regaron con agua lluvia que acumulaba el tranque que su padre construyó en la década del cincuenta.

¿Cómo se ha ido constituyendo su lazo con el avellano a través de los años?

-Posterior a mis dos años en el Ministerio de Agricultura, a finales del 2011 volví a mi actividad agrícola en el sur y entre otras, al cuidado  y manejo de este cultivo.

Actualmente tengo un huerto de avellanos europeos en plena producción en la comunidad de Victoria. El establecimiento de este primer huerto fue en 2009, donde plantamos 40 hectáreas, 27 de ellas de variedad Barcelona y 13 de variedad Tonda di Giffoni y el invierno pasado, establecimos 12 hectáreas más de esta misma.

Todo esto ha resultado una alternativa muy interesante, sobre todo a la luz de cómo se ha ido incrementando la superficie plantada de avellano europeo en el sur de Chile y en la región del Maule y Biobío.

¿Qué dificultades existieron inicialmente con este cultivo?

-Hay que pensar que los predios de los cuáles estamos hablando se han dedicado por años a los cultivos tradicionales y a la ganadería, la evolución hacia el mundo frutícola no deja de tener sus inconvenientes por la falta de experiencia, lo que implica tener que asesorarse en esto. Sobre todo el año 2009, donde el avellano europeo todavía era un cultivo reciente, sus primeras plantaciones en el sur no eran mucho más antiguas.

Por lo tanto, había todo un desconocimiento y falta de profesionales con experiencia en el rubro y en el cultivo. Todo lo anterior contribuyó a un desafío muy útil porque hoy día nos permite mirar con más optimismo la posibilidad de incursionar en  frutales distintos porque hay toda una experiencia acumulada detrás, que permite enfrentar un reto de esta naturaleza con más seguridad y menos incerteza.

¿Por qué el avellano europeo, por sobre otros frutos secos? 

-Son varios los motivos, uno de ellos fue la posibilidad de mecanizar, estamos hablando de predios que por años se han dedicado a los cultivos tradicionales y no están acostumbrados a tener dotación de trabajadores de temporada, por lo que el tema de la mano de obra era un tema y la posibilidad de la mecanización era atractiva.

En segundo lugar, la instalación en Chile de Agrichile (Ferrero), se constituía como un poder comprador interesante  y seguro, además de que su dueño también contribuía en la producción de plantas a buenos precios, lo que hacía al avellano europeo un cultivo de contrato interesante. Y en tercer lugar, como un elemento relevante el hecho de que en el mundo el principal productor sea Turquía, un solo país que produce unas 75- 80% de la producción mundial y el interés de la industria de diversificar las compras, hacían pensar que éste iba a ser un cultivo con una mirada de largo plazo y con cierto grado de estabilidad en comparación a otros frutales.

¿Cuán rentable es este cultivo hoy en día?

-Nosotros hicimos en su momento, con anterioridad del establecimiento de nuestro primer huerto, los cálculos conforme a la realidad de ese momento y con números bastante menores a los de hoy, resultaba un cultivo más atractivo y rentable que el trigo, avena, incluso que la ganadería. Y eso se ha mantenido hasta el día de hoy.

Los números con que calculamos el proyecto original han mejorado, también lo hizo el precio, los rendimientos estimados en el proyecto inicial hoy son superiores si uno se preocupa bien del manejo. De modo que sin duda el rubro del cultivo se comportó incluso mejor que lo que se proyectó en su momento.

¿Cuáles han sido los principales problemas adyacentes?

-Uno de los de los inconvenientes que tiene el avellano europeo particularmente en la zona sur de Chile es la variabilidad de los rendimientos de un año con otro. Un cultivo que un año puede saltar de un rendimiento particularmente bueno a una temporada siguiente con un rendimiento menor, es un tema que merece ser estudiado e investigado para ver si existen prácticas que se puedan poner en marcha para mitigar esta variabilidad que genera repercución en la rentabilidad también.

En el Comité del Avellano Europeo lo tenemos como una de las materias de las que debemos preocuparnos porque, si bien, es particularmente acentuada esta variabilidad en el sur, de igual modo es un inconveniente en la región del Maule.

También existen algunos temas con plagas como la aparente incorporación hacia el sur del chinche y el control de Aegorhinus. El avellano tiene como todo frutal manejos que son indispensables para mantener la calidad de la fruta y para asegurar un buen rendimiento.

¿Cuáles han sido los cambios más importantes con respecto a la cosecha del año pasado?

-Este año en lo personal, creo que en general en la zona, los rendimientos fueron superiores al año 2021 pero inferiores al 2020, ya que éste último fue un año particularmente bueno en términos de rendimiento, prácticamente en toda la zona; el año 2021 los rendimientos decayeron y este año se volvió a incrementar lo que no es sino una demostración de lo que comentaba hace un momento, esta variabilidad en los rendimientos que es un tema del que tenemos que ocuparnos porque es complejo proyectarse hacia el futuro cuando no se logra tener una cierta estabilidad en la rentabilidad por lo tanto en los ingresos.

Como comité, ¿cómo han enfrentado el tema de la escasez de fertilizantes que hoy en día aqueja a distintos cultivos?

-En términos generales para la agricultura como rubro/área, el costo de los fertilizantes es un problema, en particular en el comité no ha sido un tema que hayamos abordado hasta ahora, no hay que olvidar que lo clave de la fertilización se realiza en el período de primavera, lo que significa que la fertilización de  la primavera del 2021 se hizo en términos normales y con los fertilizantes algo incrementados pero a precios razonables y, naturalmente la preocupación en lo que va a venir en la próxima primavera cuando tengamos que fertilizar nuestros huertos, que tanto desde el punto de vista de la disponibilidad de los fertilizantes como de los costos. Es un gran tema pero hasta ahora no se ha abordado completamente. 

¿Cuáles son las claves para un buen manejo del avellano europeo?

– Fertilizaciones es claramente una de ellas, el manejo sanitario en términos de control de Xanthomonas, en la zona más al norte del chinche y  Aegorhinus en términos generales más hacia el sur. También no puede faltar el riego adecuado porque el cambio climático ha ido estableciendo primaveras y veranos mucho más secos que  hace algunos años atrás, por lo que el riego es un elemento del cuál no hay que descuidarse.

A su vez, la poda es un tema clave, porque en general se observan muchos huertos que tienen mucha madera, crecimiento y sombreamiento entre un árbol y otro, lo que significa que hay poca luz solar entrando en el huerto y esto naturalmente afecta en los rendimientos. Todos ellos son elementos que hay que preocuparse para tener el éxito esperado.

¿Qué desafíos personales postula hoy con este cultivo?

-Para mí un desafío clave es la variabilidad productiva, es decir es complejo pensar en incrementar la superficie de plantación o en hacer mejoras en los huertos establecidos sino tenemos alguna indicación de manejos que permitan atenuar esta variabilidad.

Uno no puede aspirar a eliminar esa variabilidad en los rendimientos porque estamos tratando con seres vivos, que a partir de problemas de índole climático u otros,  generan variabilidades, pero por lo menos que no sean tan acentuadas como las que se observan hasta el momento. Esto es un desafío personal como de todos los que han incursionado en el cultivo.

Es clave apostar cada vez más a un mejoramiento de la calidad de la fruta, optimizando los manejos y la fertilización. Afortunadamente, Chile tiene una alta calidad de la fruta en avellano europeo, muy superior a otros países, y  eso habla muy bien del manejo que hacen los agricultores que están en el rubro.

Con respecto a su trabajo y participación como miembro del Comité del Avellano Europeo, ¿cuál ha sido su evaluación de los distintos desafíos de este frutal?

–El Comité del Avellano Europeo es una organización nueva, yo formo parte de la mesa técnica, la cuál está conformada por profesionales y técnicos muy destacados en el cultivo, como también de productores; en esa misma línea se genera una muy buena comunicación contando con la experiencia de personas que se dedican al rubro y con personas que son expertos en la materia.

Actualmente el Comité del Avellano Europeo es un gremio cuya misión radica en reunir a los productores de este cultivo de todas las regiones de Chile, con el fin de promover y desarrollar la investigación científica y aplicada, aumentar  la calidad y productividad, la trazabilidad y procurar su sustentabilidad en el país.

Durante estos meses hemos ido identificando temas técnicos acuciantes para el cultivo, como la variabilidad en los rendimientos, ciertas enfermedades o problemas en la madera del avellano europeo que puede de alguna manera limitar la vida útil y productiva de los árboles, lo cuál estamos investigando con el apoyo de la Fundación para la Innovación Agraria (FIA), para ver qué manejo y prevenciones se pueden tomar para controlar los problemas de esta índole.

Seguramente vamos a seguir en adelante identificando otros problemas de carácter técnico de los que debemos hacernos cargo, entendiendo que no necesariamente son los mismos en la región del Maule, Biobío, La Araucanía o Los Lagos, pero que cada una de esas zonas tiene realidades que obligan a mejorar la investigación, a hacer estudios e ir complementando el manejo tradicional que hacemos del cultivo para evitar estos inconvenientes.

¿Cómo ha sido el progreso que ha tenido Chile en este cultivo en el transcurso del tiempo?

-Chile se ha ido convirtiendo con los años en un actor relevante a nivel mundial, es un país importante en términos de producción y de hectáreas establecidas, hoy en día debemos estar en torno a una producción de 5% mundial lo que nos acerca o nos pone a la par con países como España, Estados Unidos. Todavía más bajo que Italia y naturalmente que Turquía, que es lejos el mayor productor, pero nosotros hemos sido muy competentes en materia de calidad de la fruta y todo indica que al ritmo de plantación anual que tiene el avellano vamos a llegar dentro de poco a las 60-70 mil hectáreas, conviertiéndonos cada vez más en un actor mundial destacado.