El análisis del contenido de nutrientes esenciales en hojas es un excelente aliado para los productores para evaluar sus huertos, ajustar sus programas y tener una buena estrategia para enfrentar la temporada.
Dando la partida al año es importante destacar herramientas que puedan contribuir a un óptimo desarrollo tanto de almendros, castaños, avellanos y nogales.
La gerente técnica del área nutricional de Agrolab, Rosita Espinoza, comenta la importancia de utilizar este instrumento, “el análisis foliar es el mejor diagnóstico que uno puede hacer en los frutales para analizar las hojas, ya que son el mejor indicador de cómo está nutrida la planta. Últimamente se le ha estado dando mucha importancia porque es una herramienta para poder controlar el manejo de la fertilización, debido a que los fertilizantes están muy caros y si tú exageras con un exceso de fertilizante puedes generar una toxicidad y un desequilibrio entre los nutrientes”.
Rodrigo Rivadeneira, asesor de almendros de Trinuts señala que, “para el caso de frutos secos la fecha más recomendada como estándar para comenzar a ejecutar un análisis foliar es la segunda quincena de enero, en estas fechas vamos encontrar en cada laboratorio los estándares de niveles adecuados, ya que hay una trayectoria de muchos años y se han podido construir curvas de niveles óptimos”.
“Esto no excluye que podemos tener muestras foliares en distintas épocas del año y de esta forma ir construyendo nuestras propias curvas en cada huerto”, enfatiza.
Otro tema a destacar sobre los beneficios de los análisis foliares, es que entregan la información necesaria poder diagnosticar huertos con sintomatología, ya sea por exceso o deficiencia de algún nutriente. En ambos casos, se recomienda tomar muestras de árboles con síntomas y de árboles sanos, la comparativa otorgará un diagnóstico de qué está ocurriendo.
Las exigencias de la industria en la actualidad se ciñen principalmente en la calidad, es por esto que este muestreo ocupa un papel determinante, sobre todo considerando su valor económico y la facilidad de ejecución. Se sugiere acudir a laboratorios certificados en pos de lograr una óptima respuesta y resultado.
“Si tienes un planta bien nutrida se verá reflejado en la calidad de la fruta, la fruta que está bien nutrida, que puede llegar bien a destino, le extrae a la planta cierta cantidad de nutrientes y en el fondo, ¿por qué sirve el análisis? , justamente para devolverle a la planta lo que la fruta extrajo”, sostiene la representante de Agrolab.
Buenos diagnósticos para buenas soluciones
Es determinante conocer y manejar en detalle los pasos del muestreo, tanto si lo estás haciendo por primera vez como si ya son varios los años de experiencia utilizando esta herramienta agrícola.
Agrolab define la forma de hacer un muestreo foliar de la siguiente manera, “el éxito de los análisis depende en gran medida de que el muestreo se realice siguiendo las indicaciones de la pauta de muestreo. Un muestreo mal realizado provoca inconsistencias y errores en la interpretación del análisis”.
De acuerdo a lo señalado por el laboratorio, para un análisis de diagnóstico nutricional, el muestreo se realiza dentro de un área en la que se espera una respuesta, por ejemplo: un cuartel o sector con bajo rendimiento, un grupo de árboles con síntomas anormales (hojas cloróticas, pequeñas, deformes, etc.) o simplemente donde desea controlar la fertilización.
Para minimizar los efectos de la variabilidad natural, cada muestra debe colectarse dentro de una pequeña superficie uniforme respecto a variedad, edad, tipo de suelo, manejo, apariencia, etc., la que se denominará unidad de muestreo, y que por lo general corresponde a un cuartel o una parte de este.
“La unidad de muestreo se recorrerá en “diagonal”, “X” o “zig-zag” tomando muestras de aquellos árboles que representen una apariencia y desarrollo promedio. Donde la apariencia de los árboles sea diferente al promedio (tamaño, vigor, carga, color de hojas, etc.)”, se indica en el sitio oficial de Agrolab.
“Los protocolos de muestreo están indicados para una fecha donde todos los nutrientes, ya sea micro y macronutrientes, logren estar estabilizados en la planta, por eso hay que regirse como dice la pauta en un buen análisis va a significar haber realizado un buen muestreo en terreno”, argumenta Espinoza.
Otro de los puntos que destaca el protocolo oficial de Agrolab, apuntan a la cantidad de unidades de muestra. “Se tomarán muestras a un mínimo de 30 árboles, sacando una o dos hojas por árbol, de la periferia, a la altura del hombro, alternando las exposiciones norte-sur y este-oeste”, se indica.
En el documento del procedimiento se reitera la importancia de no mezclar hojas de árboles enfermos y sanos, de diferentes edades o estados fenológicos.
El muestreo consta de una toma de entre 40 a 100 hojas, dependiendo de la especie y/o el tamaño. Cuando las unidades ya estén en su correspondiente envoltorio( se recomienda enviarlas lo antes posible y almacenar en un lugar fresco), se solicita información adicional relevante orientada a el nombre del cuartel, especie, variedad, edad, fecha de muestreo y una observación en caso de existir alguna anormalidad. Es deseable informar el vigor, carga actual, rendimiento anterior y fertilización empleada.
Conoce el protocolo completo ACÁ.
“Una vez que se manda la muestra en el laboratorios siguiendo todos los protocolos, el laboratorio le hace un lavado minucioso a las plantas para que no interfieran los nutrientes que han aplicado vía foliar. Se revisa toda la parte de macro y micronutrientes que tiene la planta, en eso consiste un buen análisis foliar”, indica Rosita Espinoza de Agrolab.
Además, el asesor de frutos secos sustenta que, “toda la información analítica de laboratorio se debe tabular y hacer seguimientos anuales donde podemos cruzar la información de producción, análisis de agua y programas de fertilización. Con toda la información a la vista podremos armar los manejos adecuados y ser más eficiente en los programas de fertilización”, subraya.