Por Pedro Halçartégaray, asesor y viverista de castaños
En 2024 Vivero Austral cumple 20 años desde su inicio como productor de plantas de castaño. Inicialmente comenzó haciendo plantas de nogal para suplir la deficiencia de plantas de calidad en un rubro que estaba creciendo aceleradamente. Pero pronto el mercado reaccionó apareciendo varios viveros que pudieron suplir con creces esa necesidad.
Entonces Vivero Austral pudo dedicarse a lo que era su pasión: el castaño tipo marrón. El objetivo era desarrollar en Chile este cultivo que veíamos como una buena alternativa frutícola para el centro sur y sur del país.
Lo primero fue conseguir las variedades de marrón, lo que habíamos intentado desde 1998 sin resultado ya que el SAG no nos permitió importar material de castaño, cuidando que Chile era el único país del mundo que aún estaba (y está) libre de las plagas y enfermedades que lo afectan gravemente en otros lugares.
Luego comenzó la tarea de evaluar e identificar el material que había llegado a Chile varios años antes a INIA. La siguiente tarea, que aún continúa, era la de desarrollar un sistema de producción mas eficiente que el tradicional, con mayor densidad de plantas para apurar la llegada a la plena producción. Tarea que tenía especial dificultad por el excesivo vigor de estas variedades.
Esperábamos también aumentar el rendimiento por hectárea, que en promedio en Europa era más cercano a 2-3 ton/há y nos pusimos como meta llegar a 5,5 ton/há. En realidad, hoy día hemos duplicado ese rendimiento esperado en algunos huertos de la región de Ñuble, confirmando que el potencial productivo del castaño supera con creces a lo que es común, básicamente por un tema de manejo agronómico.
Para llegar a esto hemos debido superar los errores cometidos en los primeros años, errores que aún vemos que se cometen en huertos que no han seguido las pautas de manejo desarrolladas por el vivero.
Pero el proyecto no terminaba allí. Este incluía desarrollar la comercialización e industrialización del producto de estos huertos. Efectivamente, nuestra producción tenía que derivarse principalmente a la industria ya que la castaña fresca, asada, se consume en el hemisferio norte durante octubre a diciembre y nuestra producción llega a esos mercados entre mayo y junio.
La industria de la castaña se divide en 2 sectores, el primero genera la materia prima para el segundo. La materia prima que utilizan los procesadores, tanto artesanales como las industrias de mayor tamaño es la castaña pelada congelada, para lo cuál hay grandes empresas que hacen este proceso y que eran nuestros potenciales clientes.
Para llegar a ellos había que organizar la exportación en fresco, lo que fue nuestra primera tarea y se consiguió uniendo a los productores, tarea que sigue en proceso.
La industria del pelado-congelado funciona bien con grandes volúmenes debido a que la inversión en maquinaria e instalaciones es muy grande. Por lo tanto, teníamos que crecer en plantaciones para lograr el volumen de producción apropiado para que nuestros clientes pusieran en marcha sus plantas procesadoras durante el período de receso de ellas.
La tarea de crecer en la zona centro sur y sur la emprendió Vivero Austral con gran dificultad debido a la falta de conocimiento que había en Chile sobre la castaña, tanto de su producción como de su comercialización. Fueron años en los que sólo unos pocos arriesgados decidieron plantar sin la certeza del futuro y que hoy están cosechando el fruto de su emprendimiento.
Se han plantado aproximadamente 2.000 hás de marrones desde el 2008 hasta ahora, algunas con excelentes resultados superiores a lo esperado, pero también algunas con resultados deficientes por mal manejo agronómico. Es fundamental aprovechar la experiencia de los más antiguos ya que el conocimiento común sobre frutales que tienen los agricultores y agrónomos no ha servido para manejar correctamente los huertos de castaño. Realmente se comporta distinto a los demás frutales.
Con la producción actual de marrones en Chile ya se podría pensar en instalar una planta procesadora aquí, idea que está cuajando en algunos inversionistas europeos que son clientes nuestros. Pero esto alcanza sólo para empezar y justificar la inversión inicial, por lo que se requiere aumentar fuertemente las plantaciones para hacer de esta industria el negocio esperado.
Tenemos en Chile claras ventajas para esto ya que en el hemisferio norte hay otros mercados distintos al europeo que tienen una demanda insatisfecha y para los cuáles Chile tiene ventajas de tipo comercial y arancelarias con respecto a la industria europea.
Cuando se concrete esto podremos mejorar aún más el negocio de la producción de marrones evitando el costo y el riesgo de enviar a procesar a Europa con un flete de 30 o más días, lo que también mejorará el rendimiento y calidad del proceso de la industria al recibir un producto fresco recién cosechado. Y por lo tanto también el precio pagado a productor.