
En el contexto de la agricultura, resulta esencial llevar a cabo análisis exhaustivos del agua utilizada en los cultivos. Estos análisis proporcionan información valiosa sobre la calidad del agua y su contribución al desarrollo de las plantas.
De esa mismo modo, el asesor de Trinuts y director de PlanetNuts, José Pablo Correa, comenta, “en regiones como la zona central, es común encontrarse con aguas duras, caracterizadas por altas concentraciones de Carbonatos de Calcio (CaCO3) y un pH alcalino sobre 7,8. Este fenómeno evidencia la posibilidad de medir los nutrientes aportados por el agua, como N-Nítrico (N-NO3) el Potasio (K) y Calcio (Ca), entre otros elementos relevantes”, sostiene.
El propósito fundamental de estos análisis es cuantificar las unidades de los distintos elementos presentes en el agua, permitiendo ajustar los programas de fertilización de manera precisa. Así, se busca optimizar el rendimiento de la temporada agrícola al descontar adecuadamente los aportes hídricos.
“La importancia de estas evaluaciones radica en el conocimiento profundo de la calidad del agua, tanto en términos de nutrientes como de limitaciones. Exceder los niveles de ciertos cationes y aniones puede resultar perjudicial para cultivos sensibles a altas concentraciones de Sodio (Na) y Cloruros (Cl).
Parámetros clave, como el pH y la conductividad eléctrica que refleja la salinidad, junto con la medición de cationes (Ca,Mg,K,Na) aniones (Cl,SO4,HCO3) microelementos (Zn,Mn,Fe,Cu y B) y unidades de Fósforo (P)Nitrógeno (nitrato y amonio), son determinantes en estas evaluaciones”, indica Rosa Espinoza, gerente técnica del área nutricional de Agrolab.
Además, agrega, “la actual crisis de sequía ha incentivado la realización frecuente de estos análisis, dado que los valores pueden variar según la estación del año. Para asegurar resultados confiables, proporcionamos pautas detalladas para la toma de muestras, disponibles en nuestra página web, Agrolab. Siguiendo estas instrucciones, el muestreo adecuado garantiza análisis precisos.
Conoce la pauta de la toma de muestra ACÁ.
La experta detalla que es fundamental que los recipientes utilizados estén limpios y ambientados enjuagándolos varias veces con la muestra de agua, llenándolos adecuadamente para no alterar el pH. “La Norma Chilena 1333 establece parámetros de referencia que orientan la evaluación de los resultados, los cuáles complementamos con rangos agronómicos, señalando niveles óptimos y potencialmente tóxicos”, indica Espinoza.
Además, en línea con las demandas contemporáneas, los análisis bacteriológicos son un requisito actual. Estos permiten evaluar la carga microbiana de coliformes fecales y E. coli en el agua. En caso de incumplimiento, es posible aplicar tratamientos para mitigar riesgos, especialmente al aplicar el agua en el follaje de vegetales y frutas.
En conclusión, el análisis del agua se elige como una herramienta indispensable en la planificación agrícola moderna. La comprensión de la calidad del agua y su influencia en la nutrición de los cultivos y su seguridad es crucial para asegurar cosechas saludables y sostenibles en un contexto de desafíos ambientales y cambiantes.