En esta conversación, Ana María Prado, gerente técnico de Agrospec hace 9 años, nos comparte su experiencia con respecto al manejo de esta problemática y los principales puntos a tener en cuenta por parte de los agricultores.


Ana María Prado, gerente técnico de Agrospec.
Primero me gustaría que me dijeras una breve explicación con respecto al significado de malezas perennes.
-Las malezas perennes, como su nombre lo indica, tienen estructuras que le permiten sobrevivir de una temporada a otra y reproducirse de manera vegetativa. Ejemplos de estas malezas, comunes en huertos frutales son: correhuela, maicillo, chépica, chufa y malva.
¿Cuál es el desafío más relevante en el manejo de las malezas perennes?
– Lo más importante es internalizar que el control que se busca no se ve a simple vista, como ocurre con las malezas anuales, en donde “matar” o “quemar” la maleza es el objetivo. En las malezas perennes, podemos ver un muy buen control visual de la parte área pero luego tener un rebrote a los 30 días, si no nos preocupamos de llegar con el herbicida a las estructuras que están bajo el suelo. Así que ese es el desafío: buscar el control bajo el suelo, más que el control de la parte visible de las malezas
¿Qué rol ocupa el monitoreo en el control de malezas?
–Es muy interesante lo que planteas. El monitoreo nos permitirá establecer un programa de manejo de herbicidas para controlar programada y preventivamente las malezas y no reaccionar cuando ya sean un problema. Nadie piensa, por ejemplo, en controlar oídio una vez que aparece, existe una estrategia de control preventivo para esta enfermedad, un programa fitosanitario. Monitorear nos serviría para saber qué malezas están presentes, cuándo aparecen y cuáles son las más relevantes. De esa manera, se puede generar un programa de manejo que, a mediano plazo, nos permita resolver el problema de las malezas de manera más eficiente, permanente y a un menor costo.
¿Consideras que existe un gran desconocimiento sobre esta tipo de maleza y su manejo?
-Las malezas perennes no son muchas y son bien controladas por el glifosato cuando se hacen aplicaciones en los momentos y a las dosis adecuadas. Normalmente, los productores o encargados conocen las malezas, pero no conocen bien los momentos óptimos de aplicación o las dosis para controlarlas efectivamente , especialmente su parte oculta o subterránea (estructuras de reproducción vegetativa). Puede pasar que usen una dosis que queme bien la parte aérea de la maleza, pero que solo logre un control parcial de las estructuras subterráneas. Su control se podría mejorar sustancialmente aumentando la dosis en un litro o un kilo, sin aumentar mayormente el costo pero mejorando considerablemente el resultado.
¿Cuál sería hoy, el principal consejo para los productores y productoras en el manejo de esta maleza?
-Que se animen a manejar las malezas como lo hacen con las plagas y enfermedades, es decir, con un programa de control que integre el manejo de las malezas perennes y de las malezas anuales. Los campos que tienen un buen manejo, pueden ver claramente como baja la presión de malezas y los costos involucrados. En este sentido, un programa partirá con el uso de herbicidas suelo-activos (llamados también pre-emergentes) que controlarán malezas anuales. Luego, los herbicidas post-emergentes controlarán las malezas perennes que vayan emergiendo, además de las anuales no controladas por el herbicida suelo activo. Es importante aclarar que estos herbicidas suelo-activos, que actúan sobre malezas provenientes de semillas, no tendrán efecto en malezas perennes provenientes de la temporada anterior.
¿Cómo se puede disminuir el impacto medioambiental del uso de los herbicidas?
-El menor uso de herbicidas es una consecuencia lógica de un buen manejo, si logramos controlar las malezas perennes de manera eficiente y eficaz, en todas las generaciones de una temporada, a la próxima, la presión será mucho menor, lo que facilitará su manejo, estaremos en un círculo virtuoso. Lo mismo ocurre con las malezas anuales, si agotamos las reservas de semillas de un suelo que no se interviene y que tiene riego tecnificado, al cabo de algunas temporadas, habrá una presión que no justificará el uso de herbicidas pre-emergentes. Así, tendremos un huerto limpio, sin competencia, con bajo uso de herbicidas y por ende menor costo ¡negocio redondo!.