
Pedro Halçartégaray, propietario de Vivero Austral y pionero en la producción de castaños marrones en Chile, comparte con nosotros una temporada de cosecha que superó todas las expectativas y nos ofrece un vistazo a las innovaciones y desafíos que enfrentó su cultivo este año.
¿Cómo describiría el balance general de la cosecha de castañas marrones de esta temporada?
P.H: Esta temporada tuvimos una cosecha de calidad superior a las tres anteriores, básicamente por condición de la fruta y calibre. Tuvimos una lluvia de 45 mm. el 20 de marzo y luego 15 mm. el 2 de abril. Eso mejoró notablemente el crecimiento de la castaña y la condición del suelo para la cosecha.
¿Qué diferencias observa en comparación con temporadas anteriores?
P.H: Las castañas conservaron su turgencia y brillo incluso después de estar muchos días en el suelo, cero deshidratación y hasta ahora no han aparecido pudriciones. Además, la cosecha fue fácil y cómoda, sin polvo por lo que el producto resultó muy limpio. Y lo mejor…el calibre fue excepcional, incluso en la variedad Cuneo que suele ser de bajo calibre. Eso sí, las variedades No Cuneo bajaron su producción notablemente. En cambio, Cuneo en nuestro caso nuevamente superó las 10 ton/há por segundo año.
¿Cómo influyeron las condiciones climáticas en el éxito de esta cosecha?
P.H: Como decía, las lluvias de marzo-abril hicieron el milagro, cosa que no ocurría hace 2 o 3 años.
¿Hubo algún evento climático específico que beneficiara o perjudicara la producción?
P.H: Lo beneficioso fue, las lluvias de marzo-abril. Lo perjudicial fueron las bajas temperaturas de noviembre (cosa que comentamos en su oportunidad), lo que afectó a los marrones No Cuneo disminuyendo notoriamente la formación de flores femeninas. Con esto confirmamos que Cuneo tiene mejores aptitudes productivas que los demás marrones, (que al parecer son una sola variedad con distintos nombres), ya que no necesita anillado para dar grandes rendimientos y es más fácil de manejar en alta densidad por su menor vigor. Su problema es la deshidratación que sufre por cosecharse más temprano, con más calor cuando no ha llovido. Por lo que debería tener mejores expectativas hacia el sur.
¿Qué técnicas o prácticas agrícolas implementaron este año que contribuyeron al éxito de la cosecha?
P.H: En realidad el manejo fue el mismo que el año anterior, la diferencia fue solo el clima.

¿Hubo alguna innovación en el manejo del cultivo?
P.H: Debido a los problemas de deshidratación y bajo calibre del año anterior decidimos agregar una línea con microaspersores para mantener el suelo húmedo durante la cosecha en Cuneo. Pero sólo alcanzamos a dar 2-3 riegos con ese sistema desde fin de febrero y luego cayó una buena lluvia en marzo, lo que hizo innecesario seguir regando.
¿Qué desafíos logísticos enfrentaron durante la cosecha y el procesamiento de las castañas?
P.H: Entre el 2 de abril y el 7 de mayo tuvimos 10 días de lluvia que sumaron más de 190 mm. lo que atrasó notoriamente la cosecha y los despachos. Pero eso también permitió que las castañas estuvieran varios días en el suelo sin sufrir deshidratación ni perder calidad. Además, hubo muy baja temperatura lo que ayudó más aún. Hasta ahora, la calidad parece insuperable.

¿Cómo abordaron estos desafíos para garantizar una producción eficiente?
P.H: En realidad lo único que podíamos hacer era acelerar la cosecha cada vez que el clima lo permitía y asegurar un transporte de calidad para llevar las castañas a la planta de proceso. Ahí el prefrío para bajar rápido la temperatura fue lo más valioso.
¿Cuáles son sus perspectivas para las próximas temporadas en términos de producción?
P.H: Deberíamos esperar una normalización de la producción de marrones No Cuneo, ya que las bajas temperaturas de noviembre pasado no fueron normales, fue algo excepcional que afectó la producción de esas variedades.